Con la elección del cardenal Robert Prevost como nuevo sumo pontífice bajo el nombre de León XIV, por primera vez en la historia un papa pertenece a la Orden de San Agustín (O.S.A.), también conocidos como agustinos. Esta comunidad religiosa, de tradición mendicante, forma parte de las principales órdenes de la Iglesia católica y está inspirada en la vida y pensamiento de San Agustín de Hipona.
Orden de San Agustín: Un legado que se remonta al siglo XIII
La Orden de San Agustín fue formalmente constituida en 1256, durante el papado de Alejandro IV. En aquel entonces como parte del proceso de unificación de varias comunidades eremíticas que seguían la Regla de San Agustín. Por cierto, una de las más antiguas y utilizadas dentro de la vida religiosa. Esta regla, escrita por el propio Agustín de Hipona (354–430), se basa en los principios de la vida en comunidad, la caridad, la humildad y el amor a Dios y al prójimo.
Los agustinos adoptan un estilo de vida mendicante. Es decir, caracterizado por la vida común, la oración, el estudio y el trabajo pastoral. A diferencia de otras órdenes más contemplativas, los agustinos suelen combinar la vida espiritual con tareas activas de evangelización, educación y asistencia social.
Presencia global y labor educativa
Actualmente, la Orden de San Agustín cuenta con más de 2.500 miembros en el mundo, repartidos en más de 40 países. Su presencia es especialmente notable en América Latina, Europa y África. Muchos agustinos han contribuido significativamente a la educación y a la formación intelectual dentro de la Iglesia. Especialmente, fundando escuelas, universidades y centros de estudio. Entre sus instituciones más conocidas está la Universidad de Villanova, en Estados Unidos.
En el Perú, donde Robert Prevost desarrolló gran parte de su labor pastoral antes de ser nombrado obispo, la presencia agustina se remonta al siglo XVI y ha sido clave en la formación de seminaristas y en el trabajo misionero.
El primer papa agustino
El papa León XIV, ahora guía espiritual de más de mil millones de católicos, se convierte en el primer pontífice que surge de esta orden religiosa, marcando un hito histórico para los agustinos. Su trayectoria como prior general de la orden, obispo en Perú y prefecto del Dicasterio para los Obispos ha sido guiada por los principios agustinianos de unidad, servicio y búsqueda de la verdad.
