El presidente del Instituto Nacional de Transporte Terrestre (INTT), G/D Gabriel Aguana Rodríguez, ha alertado sobre una preocupante tendencia en las carreteras del país: el uso del teléfono celular al conducir, que representa el 85% de los accidentes viales.
Esta cifra alarmante subraya la necesidad urgente de tomar medidas efectivas para prevenir tragedias en las vías públicas.
Factores de riesgo y llamado a la prevención
Según Aguana Rodríguez, los accidentes viales están asociados a diversos factores de riesgo, como la falta de distancia adecuada entre vehículos, cambios abruptos de canal, uso inadecuado de luces y retrovisores, exceso de velocidad y consumo de alcohol. Sin embargo, el uso del celular al volante destaca como el principal detonante de estas tragedias, representando un riesgo significativo para la seguridad vial.
El presidente del INTT hace hincapié en la necesidad de tomar medidas preventivas para abordar este problema. Advierte sobre los peligros de combinar el uso del celular con el consumo de alcohol al conducir, describiéndolo como una “mezcla mortal” con consecuencias devastadoras para las familias afectadas. Enfatiza que ninguna llamada o mensaje justifica poner en riesgo la vida propia y la de los demás en las carreteras.
Promoviendo la conciencia vial: Rol de la prevención
Aguana resalta la importancia de la prevención como una herramienta fundamental para reducir los accidentes viales.
Destaca la efectividad de los despliegues de seguridad realizados durante los períodos vacacionales, los cuales han demostrado su capacidad para disminuir la incidencia de siniestros en las carreteras. Estos esfuerzos preventivos son esenciales para crear una cultura vial consciente y responsable en la sociedad.
Compromiso y educación para un tráfico seguro
En un entorno donde el uso del celular al conducir representa una amenaza significativa para la seguridad vial, es fundamental que se promueva una mayor conciencia y responsabilidad entre los conductores.
Además de implementar medidas de control y fiscalización, se debe invertir en campañas educativas que sensibilicen a la población sobre los riesgos asociados con esta práctica. Solo a través del compromiso individual y colectivo se podrá garantizar un tráfico seguro y reducir el impacto devastador de los accidentes viales en la sociedad.