En lo que va del año 2024, al menos 45 migrantes han perdido la vida al intentar atravesar la peligrosa selva del Darién en su travesía hacia Norteamérica. Este letal paso fronterizo entre Colombia y Panamá sigue cobrándose vidas a pesar de los esfuerzos de las autoridades para mitigar los riesgos y frenar el flujo migratorio. A medida que miles de personas siguen emprendiendo este viaje, la selva se ha convertido en un cementerio para aquellos que buscan un futuro mejor.
Un tránsito mortal por la selva del Darién
La selva del Darién, una de las rutas más peligrosas del continente americano, ha visto morir a decenas de personas en los primeros ocho meses del 2024. Según el ministro de Seguridad Pública de Panamá, Frank Ábrego, este año ya se han registrado 45 muertes en este inhóspito territorio.
La mayoría de las víctimas sucumben a las adversas condiciones del terreno, siendo el ahogamiento una de las principales causas de muerte, de acuerdo con datos de la Organización Internacional para las Migraciones (OIM).
El ministro Ábrego, durante una visita a las comunidades que brindan asistencia humanitaria a los migrantes, subrayó la letalidad de esta ruta, no solo para los migrantes sino también para los agentes del Servicio Nacional de Fronteras (Senafront), quienes sufren golpes de calor a pesar de estar entrenados para estas condiciones extremas.
Un éxodo imparable por el Darién
A pesar del peligro, la selva del Darién continúa siendo un paso obligado para los migrantes que sueñan con llegar a Estados Unidos o Canadá. Este año, más de 230 mil personas han desafiado los riesgos de la selva para escapar de la pobreza y la violencia en sus países de origen. La mayoría de estos migrantes provienen de Venezuela, Colombia, y Ecuador, aunque también se ha registrado la presencia de asiáticos, especialmente de India y China.
El flujo migratorio ha ido en aumento con los años, alcanzando la cifra récord de 520 mil personas en 2023. Las autoridades panameñas advierten que este número podría ser superado en 2024, en parte debido a la crisis política y económica en Venezuela tras las recientes elecciones.
El papel del crimen organizado
Detrás de esta crisis humanitaria se esconde el lucrativo negocio del crimen organizado. Los “coyotes”, personas que guían a los migrantes por la selva a cambio de grandes sumas de dinero, son un elemento clave en esta tragedia. Sin embargo, muchos de estos guías abandonan a los migrantes a su suerte en medio de la selva, dejándolos vulnerables a los peligros del terreno y a la falta de recursos básicos.
El ministro Ábrego enfatizó la falta de preparación física de los migrantes, quienes enfrentan un entorno hostil sin el equipo o la experiencia necesaria, lo que resulta en golpes de calor y un colapso físico y moral que, en muchos casos, termina en la muerte.
Medidas del gobierno panameño
El nuevo gobierno de Panamá, que asumió el poder el 1 de julio de 2024, ha implementado una serie de medidas para frenar la creciente ola migratoria. Entre estas medidas se incluye un acuerdo con Estados Unidos para repatriar a los migrantes mediante vuelos financiados por ese país y la instalación de barreras perimetrales en puntos estratégicos para canalizar el flujo migratorio.
Según el Ministerio de Seguridad de Panamá, estas medidas han comenzado a mostrar resultados, con una reducción del 30 % en el flujo migratorio en comparación con el mismo período del año pasado. Sin embargo, el desafío sigue siendo inmenso, y la selva del Darién continúa siendo una trampa mortal para miles de personas desesperadas en busca de un nuevo comienzo.
